Al Athletic se le fue una gran ocasión de situarse a la par de los aspirantes a la Liga. Tenía el partido donde quería, con 0-1 y el Málaga no dando dos pases seguidos, cuando Rosales hizo una salvajada a Balenziaga y el lateral rojiblanco, noble donde los haya, perdió la cabeza. Eran dos rojas como un castillo y Del Cerro decidió impartir injusticia. Quedaba una hora y, tras el descanso, Valverde se la jugó a acumular gente atrás. Más aún al quitar a Aduriz, con molestias, para meter a un tercer central y neutralizar el movimiento anterior de Juande de jugar con tres puntas. El técnico local le dejó en cueros con la pizarra al quitar a Charles y meter a Duda.

Txingurri debió volver a la defensa de cuatro, con Yeray de lateral para adelantar a De Marcos y tener salida por la banda y amenazar más en la presión. La jugada del 2-1 retrata a los centrales cubriendo a nadie, con Duda llegando en segunda línea como Pedro por su casa. Hubo errores en los goles: no correr a un balón que no salió y una mala entrega de Laporte. El Athletic, con once, era y es muy superior al Málaga. El golazo de Aduriz, con un control excelso, se quedó en nada por Rosales, Balenziaga y el árbitro.