Lopetegui se gradúa con honores

Lopetegui se quedó a sólo ocho minutos de hacer historia. Italia jamás ha perdido un partido de clasificación para el Mundial como local. Es más, sólo ha perdido tres oficiales en su territorio, el último hace 17 años. Todo eso se fue al traste por el penalti de Sergio Ramos, que otras veces nos compensa marcándolos a lo Panenka. Pero una sola jugada no puede empañar el partido de España, perfecto tácticamente. Por fin, después de caer eliminados en un Mundial y una Eurocopa por no encontrar el antídoto frente al 1-3-5-2, el nuevo seleccionador tocó la tecla adecuada. Reina lo había anticipado en AS hace tres días: presión arriba, juego por bandas, generar superioridad con el dos contra uno y fútbol más directo desde atrás. Lo hizo todo y salió perfecto.

El empate en Turín no es malo. Sobre todo si el domingo se gana en Albania. Pero es verdad que sabe a poco porque España mereció la victoria. Una lástima. Pero nos llega. El objetivo es la clasificación para el Mundial, y el punto de Turín puede resultar decisivo al final de la fase. Da rabia por todo lo que pasó, por la superioridad manifiesta de la Selección frente a la Azzurra. Pero por otra parte, con lo que hay que quedarse es con el paso adelante que ha dado La Roja, que salió tocada del Mundial de Brasil y hundida de la Eurocopa de Francia. Lopetegui ha recuperado algunas de las cosas mejores de la etapa Del Bosque, antes de Luis, y le ha dado un toque táctico que era necesario. El empate en Italia pudo ser un triunfo. Pero, más allá del resultado, en realidad lo es.