Un paseo en autobús. Italia jugó el partido contra España fuera del campo. La Squadra Azzurra empleó una serie de artimañas para sacar de quicio a la Selección. La primera sucedió camino del Juventus Stadium, donde se jugó el partido. El autobús de la Selección estuvo un rato dando vueltas por Turín porque Italia pilló un atasco y Ventura quería que su equipo llegase al campo antes que España. El conductor recibió una misteriosa llamada, cambió el recorrido y tuvo de paseo a La Roja hasta que Italia llegó primero al campo y se acomodó.

El jardinero fiel. Por fin, una vez ya en el estadio de la Juventus, llegó la segunda sorpresa. Lopetegui comprobó que el césped estaba seco y pidió que lo regaran. La FIFA atendió la petición, pero Italia se negó. El asunto terminó en una decisión del jardinero, que se hizo el loco todo lo que pudo. María José Claramunt fue la que insistió ante la FIFA. Pero nada. Total, se plantó ante el jardinero y le exigió que abriera los aspersores. No había manera. Así estuvieron un buen rato hasta que al final, bajo presión, aceptó girar la llave del agua. Pero lo justo. Cuatro gotas y a correr.

Buffon se hizo el loco. Italia planificó la rueda de prensa de Buffon y Ventura justo antes de la de España, con el tiempo justo para la intervención de Lopetegui, Piqué y Koke. Y, claro, los italianos llegaron tarde a la cita y además se alargaron en su intervención. En fin, que los españoles tuvieron que ir deprisa y corriendo, y aún así perdieron casi diez minutos de la hora reservada por la FIFA al entrenamiento.

Exceso de celo ridículo. Pero más allá de las tretas de Italia, hubo meteduras de pata de España. La más gorda en Albania. Lopetegui había ordenado entrenamiento a puerta cerrada en Shkodër, y en un exceso de celo la Federación instó a un entrenador, y exinternacional con casi cuarenta partidos con La Roja, para que abandonara el campo. Lo curioso es que, mientras, muchas personas siguieron el entrenamiento secreto desde balcones aledaños, como se ve en la foto. En ese tendido del sastre estaba un ayudante de De Biasi, el técnico de Albania, que tomó nota de cuanto quiso y presenció como, allí abajo, echaban del campo a un exjugador español, internacional en todas las categorías. Todo una milonga, porque nada evitó la victoria de España.