A disfrutar en el derbi de todos

Llevo toda la semana escuchando debates sobre si el derbi vasco, este pedazo de partido que vamos a vivir hoy en San Mamés, es más importante en San Sebastián o en Bilbao. Y la realidad es que no lo entiendo. Porque considero, y creo que todos deberíamos pensar lo mismo, que es uno de los dos partidos más bonitos que se puede vivir en el fútbol vasco. ¿De verdad hay que entrar a valorar si los aficionados de la Real quieren más el derbi vasco que los del Athletic? Es como preguntar si se quiere más a papá o a mamá. Es un derbi, la fiesta del fútbol en Euskadi por antonomasia, ese gran partido que hemos vivido durante toda nuestra vida, y así lo debemos considerar a ambos lados de la A-8. No busquen polémicas ni picante artificial, por mucho que el ‘caso Oyarzabal’ haya enturbiado el ambiente.

Puede ser muy grande recibir al Real Madrid o al Barcelona, seguro. No se puede poner en duda. Pero nada como un pulso de rivalidad autonómica entre Real y Athletic. Porque no hay nada como ganar al vecino, y poder gastarle bromas al día siguiente. O evitar soportarlas, claro. Y se diga lo que se diga, en Bizkaia y Gipuzkoa, eso es algo que se ve mirando al aspecto de las gradas y al gran ambiente que se vive en los prolegómenos del partido. Eso es único. Incomparable. Lo sabemos todos. Porque es el derbi de todos. Ganar vale más que tres puntos. En Bilbao y en San Sebastián. ¿Y si resulta que Oyarzabal decide el choque? ¿Y si acaba saliendo al campo Gorka Elustondo, inédito hasta la fecha salvo en el amistoso en Las Llanas, y hace pupa a su exequipo? Eso sí que sería morbo y no un debate vacío.