Jornada de reflexión en El Molinón

No hay elecciones a la vista ––por ahora––, ni nada que se le parezca, pero en El Molinón se vive esta tarde una auténtica ‘jornada de reflexión’ porque hay, quien más quién menos, se empieza a poner nervioso con la marcha de la temporada. El visitante del centenario estadio gijonés es hoy uno de los grandes del fútbol español. Que a nadie se le olvide. La plantilla del Valencia no es, ni mucho menos, para ocupar su posición actual en la tabla clasificatoria y menos aún se debe despreciar a quien desde hoy será su inquilino en el banquillo. Porque la hoja de servicios de Cesare Prandelli tampoco es despreciable.

Por eso, el sportinguismo debe ser consciente de las dificultades que entraña el partido de esta tarde. Abelardo y sus pupilos lo saben y nadie duda que pondrán todo cuanto pueden para conseguir tres puntos tan importantes como necesarios para recuperar todo el crédito que tenía el equipo rojiblanco después de la tercera jornada de Liga. Ni aquellos siete puntos iniciales eran para lanzar las campanas al vuelo ni ahora hay que colocar al Sporting entre los candidatos al descenso, aunque hoy pudiera caer en esas fatídicas, malditas y agónicas posiciones.

El resultado del duelo de esta tarde servirá, como siempre en el fútbol, para juzgar y sacar conclusiones, en su mayor parte apresuradas. Queda mucha Liga por delante y, como se suele decir, esto no es como empieza sino como acaba. Por eso conviene reflexionar antes de sentenciar lo que es, puede o va a ser del equipo gijonés al final de la temporada. Enfrente tiene hoy un rival también muy necesitado de puntos, pero con una plantilla cuyo valor respecto a la rojiblanca hay que multiplicarlo por varias cifras.