Este Atlético tiene un fondo de armario del cual se puede presumir. Ante el Granada se consiguieron siete goles y curiosamente ni Griezmann ni Gameiro vieron portería. Frente al Rostov, saldrá Fernando Torres y cumplirá a la perfección. Todos los jugadores saben muy bien lo que tienen que hacer y, además, este año, se juega más mirando a la portería rival que buscando tapar cualquier agujero sobre Oblak.

Lo más incómodido de esta cita de Champions es el viaje y el clima, pero este equipo ya sabe ajustarse a los incovenientes mejor que nadie. Los tres puntos supondrían dejar sentenciado el pase a los octavos y poder mirar con tranquilidad los siguientes grandes retos, que son las citas en el campo del Sevilla y el último derbi en el Calderón. En el Atlético son ambiciosos y no van a renunciar a ninguno de los títulos en juego. Aunque la Champions sea la prioridad, lo cierto es que Simeone este año tiene la posibilidad de que las rotaciones le funcionen a un nivel más que altísimo. Además, el Atlético ya es un coco en Europa y quiere seguir escalando posiciones para estar en la elite del fútbol europeo. Así, se aseguraría para el futuro su presencia en la competición con el nuevo cambio que se va a hacer en esta competición.