Felipe puso fin a la revuelta

En la transmisión televisiva, gracias a la señal emitida desde Tel Aviv, aparecían resumidas las mejores jugadas en los llamados Magic Moments. No necesita traducción. Vimos una acción inmensa de Rudd. Muy de NBA. Pero la acción que para mí marcó un antes y un después en la fantástica victoria ante el Maccabi la protagonizó don Felipe Reyes. El Madrid se había ido al descanso en plan imperial: 33-46. Festival de juego, defensa ejemplar y mucha intensidad. Las gradas ‘amarillas’ del Menora Mivtachim Arena, frustradas y en silencio. Pero al regreso de la ducha, parecía que hubieran resucitado en la cancha Aroesti, Williams, Perry, Silver y Berkowitz. Un tremebundo parcial de 16-0 (¡49-46!) que hubiese noqueado a cualquier otro equipo. A este Madrid, no.

El capitán saltó al rescate. A sus 36 años, Reyes juega con la mentalidad de un veinteañero. Se fue a la esquina, se marcó un triple brutal y convirtió el tiro adicional. 49-50 y vuelta a la rutina. Rudy, Carroll y Llull hicieron el resto. Pero todo empezó cuando ese pívot inmortal frenó en seco la revuelta del Maccabi. Crack.