Nadie podrá quitarle el Balón de Oro

Los guadianas de Cristiano me preocuparían si no hubiese sufrido ninguna lesión de importancia en los últimos tiempos. Pero todos sabemos que sin aquella patada malintencionada de Payet en la final de París, habría empezado la temporada metiendo goles un día sí y otro también. Como nos tiene felizmente acostumbrados. Pero aquello le dejó sin una preparación idónea en verano y cuando arrancó el motor ya iba expuesto a esos altibajos que le han puesto en la diana de la duda. No será en la mía. El portugués acabó la temporada marcando un gol decisivo en el Camp Nou, ante la mirada de medio mundo, encauzando la ruta de la Undécima con un hat-trick salvador al Wolfsburgo, firmando sin titubeos el penalti de la gloria en Milán y marcando en la semifinal de la Eurocopa ante Gales un golazo de cabeza (que será recordado durante mucho tiempo), como afirmó Matthäus en estas mismas páginas de AS.

No niego los méritos de Messi, pero algunos ya se apresuran a querer darle el Balón de Oro, pese a haber fracasado en la última Champions y en la última Copa América con Argentina. Su gran hazaña es meterle un hat-trick al equipo que, hasta hace cinco meses, calificaban en Barcelona de “viejos y gordos”. Sólo por el hecho de estar Guardiola se transformó en un equipazo, lo que engrandecía la hazaña del argentino. Pero no olviden que el primer gol fue fruto de un resbalón y la parálisis colectiva de los ingleses, y el tercero una cesión suicida desde la medular. Cristiano ha sido de nuevo el mejor del año y ante el Athletic volverá a gritar su afamado: “¡Siiiiiiuuuu!”.