El gol, el lenguaje de Sandro

Gol o gol. Así se puede resumir el vocabulario futbolístico de Sandro Ramírez. El canario vive con la portería entre ceja y ceja. Cuando marcaba goles a mansalva en el infantil de Las Palmas, posteriormente en las categorías inferiores del Barça y ahora que deslumbra en la élite, el delantero sólo tiene ojos para la portería rival. Gol o gol. Así entiende Sandro el fútbol. Y así le martillea en la cabeza cada ocasión de marcar que se le esfuma. Derrocha pasión sobre el césped, muestra un hambre de gol insaciable y una ambición ilimitada. Aún se lamenta por aquel control no del todo preciso que le privó de encarar en ventaja a Nauzet ante Osasuna en la primera jornada. O los dos balones que no acertó a embocar frente al Leganés.

El Málaga apostó fuerte por él y Sandro responde asumiendo galones y responsabilidades a partes iguales. Aterrizar en Primera tratando de rascarle minutos a Messi, Luis Suárez y Neymar aceleró su madurez. El ‘19’ tiene muy claro que no se hace carrera en el fútbol resignándose con 21 años a asumir raciones extra de banquillo por mucho que tenga delante al mejor trío atacante del mundo. Sandro lleva poco más de cuatro meses en Málaga y actúa como un veterano en el campo. Recorre kilómetros sin descanso, jamás se esconde y ha firmado una carta de presentación de cinco goles en 11 jornadas, cifras que sorprenden para bien hasta al propio Sandro (“no me lo esperaba”, reconocía ayer el delantero en el acto por el 50 aniversario de San Miguel). Ya es ídolo en La Rosaleda y esto no ha hecho sino empezar. Gol o gol. Así escribe Sandro su historia.