Willy Hernangómez ha causado sensación en el Madison. Andaba su equipo, los Knicks, luchando por remontar el resultado en el derbi neoyorquino, cuando fue salir él y ponerse el partido de cara. Con 14 puntos, fue el máximo anotador de su equipo en el último cuarto ante los Nets. ¿Cómo es posible si la pasada temporada, en el Madrid, apenas jugaba? Eso es lo que se preguntan, y aún lamentan, muchos madridistas. Las condiciones de Willy para ser un jugadorazo son enormes. Como Doncic. Pero ambos salían poco. Doncic tenía por delante al menos a Sergio Rodríguez y Llull. Pero ¿Willy? Lima acabó jugando más que él, y Ndour, casi. Fue el decimotercer jugador de la plantilla con más minutos de media, y los que se inscriben en cada partido son doce. Queda claro cuál fue su papel en el Madrid.

El juego interior no ha sido el fuerte de Laso, paliado esta temporada con el fichaje de dos jugadores importantes: Randolph y Hunter. Eso lo sufrió Willy, quien se marchó a la NBA sin poder dar lo mejor de sí mismo, como Bourousis la temporada anterior, convertido después en el mejor pívot de la Euroliga con la camiseta del Baskonia. Willy se fue del Madrid con once minutos de juego de media, poco para un jugador de sus condiciones, máxime cuando ya había demostrado un año antes, en el Sevilla como cedido, de lo que era capaz. Por ejemplo, de jugar 21 minutos de media sin problemas y de anotar 29 puntos y coger 13 rebotes ante el Barcelona. Ahora, con 22 años y 2,11 metros, Jeff Hornacek confía en él. Todo un cuarto para él, y respuesta fulminante: 14 puntos.