Gracias a Jorge... por tanto

Gracias, Jorge. Y gracias, Marc, porque eres capaz de darle sabor incluso a una dieta de hospital. Menudo final el suyo. Lorenzo merecía un adiós a Yamaha como el que nos ha regalado en Cheste. Una victoria con el copyright habitual del balear, dominador de semáforo verde a bandera a cuadros. A Ramón Forcada le temblaba la voz al hablar justo al acabar la carrera. Es lógico. Son muchos años, muchas carreras como jefe de mecánicos de un piloto mayúsculo como lo es Lorenzo. Cinco veces campeón del mundo, desde ayer el español con más podios en la historia del Mundial.

Lo que nos toca ahora es coger de nuevo las cartas, barajarlas y repartir de nuevo, la partida que nos aguarda en 2017 probablemente sea la más apasionante que hayamos visto nunca. Lorenzo se va a Ducati, con lo que eso supone de reto, tratar de domar una moto que es potro salvaje casi siempre salvo con aquel que susurraba a los caballos, de nombre Casey y apellido Stoner. Maverick pasa a Yamaha, a buscarle las cosquillas al eterno Rossi; Pol a KTM, Aleix a Aprilia, Rins a Suzuki... Tardaremos un tiempo en identificar a cada cual con el mono que le corresponde. Sólo hay uno al que seguiremos viendo igual, de ese tricolor blanco, azul y naranja del Repsol Honda. Es Marc, el campeón, el triturador de récords. Gracias a él y a Jorge, y a tantos otros pilotos españoles y no españoles, nos divertimos cada domingo. Adiós Mundial 2016, bienvenido Mundial 2017. Empezamos a repartir cartas el martes, con los test de Cheste. ¡Qué ganas!