Los empates no se deben celebrar

Los jugadores, y también la mayoría de los entrenadores, suelen decir que las crónicas y las críticas son resultadistas, y que se juzgan los partidos según el marcador. No admiten que ellos hacen lo mismo cuando les conviene. Por ejemplo, no me gustó mucho ver la foto circulando por Twitter de todo el equipo español celebrando el resultado en el vestuario de Wembley. No me gusta que España celebre un empate, por agónico que haya sido. Ni me gusta a mí ni le gustaba a Luis, ni a Puyol, Villa o Xavi, por citar a tres campeones de Europa y del Mundo, que es precisamente lo que ahora es minoría en la Selección. Celebrar un empate debería estar prohibido en La Roja. Celebrar un empate es de equipo pequeño en campo grande. No va con España.

Y además, tampoco hay que olvidar que lo mejor del partido de anoche fue el resultado. Naufragó Íñigo Martínez. Thiago estuvo por debajo del nivel que le asignan y el resto, salvo los que salieron al final y Busquets, tampoco estuvieron a su mejor nivel. Y cambiamos de sistema tres veces en 25 minutos, lo que no es para tirar cohetes. Lo que hay que celebrar no es el empate. Lo que hay que celebrar es la flor, que no se marchita. La flor es mejor tenerla que no tenerla, porque es gratis. Esto sí que me parece una buena noticia. España recupera la suerte que nos faltó en Brasil y Francia. Ojalá dure hasta Rusia y más allá.