El Calderón se le ha resistido a Cristiano en sus cinco últimos derbis. ¿Y qué? El mejor goleador del Madrid de todos los tiempos (371 chicharros en 360 partidos de blanco) se puede permitir tener un guadiana en determinados tramos de su incomparable carrera. Pero apostar a perdedor con él resulta temerario. En cuanto hoy lea esta página, seguro que el próximo Balón de Oro aumentará su nivel de tensión y de concentración para el sábado con el fin de ayudar a su equipo con el lenguaje que mejor descodifica: perforar las redes enemigas. Todavía está fresco en mi memoria el espectacular hat-trick que le hizo a Courtois en el Manzanares, cuando el belga estaba considerado como mejor portero de Europa. Lo fácil es recordarle lo del 4-0 y su cumpleaños, pero me quedo con su pegada brutal...

Desde aquí hago una sugerencia a Zidane, que coge más vuelo por la desgraciada lesión de Morata (¡vuelve pronto, Álvaro!). Si entrando por la izquierda es evidente que Cristiano sufre últimamente al no tener esa velocidad punta que desplegó en sus primeros cinco cursos en las aulas del Bernabéu, sería interesante reubicarle como ariete puro, desafiando los dominios de Savic y Godín. Ello permitiría a Bale jugar en su banda natural, entrando como un cuchillo jamonero por el carril del 3. Y por la derecha, Lucas Vázquez. El canterano aporta desborde en el uno contra uno y pases letales al corazón del área, aparte de correr con generosidad en el repliegue y en la presión. Modric, Kovacic e Isco lo agradecerían. Más equilibrio. Y más libertad para Cristiano, el auténtico Martillo de Thor...