Lopetegui le ha hecho un favor a Zidane

Antes de empezar el partido de Barcelona, Luis Suárez (el español, el Balón de Oro) comentó que era día para ver lo que daban de sí los no habituales del Barça. Están para días así, vino a decir, se tienen que hacer notar, luchar lo posible para acortar la distancia que les separa de los titulares. No lo hicieron. El Barça sólo dio síntomas de rebeldía muy avanzado el partido, primero por Neymar y finalmente y sobre todo por Piqué, que se rebeló, se vació y se convirtió en un atacante formidable. No ganó él solito el partido de milagro, por proezas de Kameni y errores del árbitro. Pero de los meritorios no hubo noticia. El Barça se quedó en el empate.

A la noche compareció el Madrid en el Manzanares, también con bastantes bajas: Ramos, Pepe, Casemiro, Kroos y Benzema. Más Morata, que hubiera sido el sustituto de este último. Hablo de jugadores que, estando en buena condición, son siempre titulares. Sin ellos, el Madrid ganó el partido, y no sólo eso, sino que mandó casi todo el tiempo. Zidane, empujado por las bajas, compuso el equipo de otra manera (más lógica, si se me permite, que cuando lo condiciona a la BBC) y la ‘segunda unidad’ le respondió. Magníficos los centrales, magnífico Kovacic, magnífico Lucas Vázquez y colosal Isco, que bordó un partido para el recuerdo.

Todos ellos tienen algo en común: sus selecciones les han mantenido en activo, ilusionados, sintiéndose importantes. Aquí ha habido más de una voz crítica a Lopetegui por llamar a tanto suplente del Madrid a la Selección. Todo es opinable, pero noches como la de ayer confirman que eran merecedores de ese honor. Al mismo tiempo, esas llamadas han aumentado su autoestima, les han tenido encendido el fuego sagrado, les han mantenido en tensión. Nacho no desmerece de nadie en la defensa del Madrid. Lucas Vázquez mejora el equipo siempre que juega. Isco frota la lámpara. Lopetegui tenía razón, y de paso le ha hecho un favor a Zidane.