Por fin José Antonio Camacho ha encontrado una selección con la que no tendrá que empezar de cero. La mayoría de los jugadores de Gabón juegan en Europa. No tendrá que enseñar desde primero de fútbol. Como le pasó en China. Un día el presidente de la federación asiática le hizo una pregunta trampa: “¿Cómo es posible que entre mil trescientos millones de chinos no encontremos a veintidós capaces de clasificar al país para un Mundial?”. Camacho, siempre directo, respondió breve pero contundentemente: “Porque aquí haces un bote neutral y la pelota bota cuatro veces antes de que un jugador meta el pie”.

Gabón tiene algunos buenos jugadores y un excelente delantero: Aubameyang. Con él, además, podrá entenderse en castellano. Los abuelos del goleador del Dortmund son de Ávila y el chico pasó muchos veranos allí. Pero el problema es que Camacho, que será el primer entrenador español en dirigir a una selección en la Copa de África (Javi Clemente lo hizo con Libia, pero en la CHAN) tendrá que prepararlo todo en sólo mes y medio. El torneo empieza el 14 de enero. Dos de los rivales de Gabón son asequibles: Guinea Bissau y Burkina Faso. El otro, Camerún, no tanto. Pero pasan dos. Otra cosa es la clasificación para Rusia, donde sólo pasa uno y Gabón está con Costa de Marfil, Malí y Marruecos. Pero con ¡Aubameyang de mi vida!, nada es imposible.