El fútbol debe ser una fiesta

Cuesta lo suyo transmitir cualquier entusiasmo por el partido de esta tarde en el Bernabéu cuando hace sólo unas horas perdieron la vida en los cielos de Colombia 71 compatriotas de Marcelo y Casemiro. Pero el fútbol es ilusión, pasión, alegría y esperanza. Cuando las desgracias se apoderan de nuestra existencia diaria, el fútbol siempre sale al rescate. Un partido no te va a devolver la vida de tus seres queridos ni el pesar de sus familiares y amigos, pero sí conviene recordar que los chavales del Chapecoense dedicaron su vida, sus sueños y sus anhelos a este bendito deporte. Por eso creo que la mejor manera de homenajear a las víctimas de la sierra de Medellín es aferrarse más que nunca al fútbol, celebrando los goles, disfrutando de una parada, un caño, un taconazo...

Esta tarde veremos muchos niños en las gradas del Bernabéu. Eso me congratula. La magnífica hora dispuesta para el partido (19:00) permitirá que muchas familias se acerquen con sus críos al santuario de La Castellana. Da igual el resultado de la ida. Como dijo Zidane, la mejor manera de respetar a la Cultural es que sus hombres salgan a competir con entusiasmo, garra y hambre. Como ya hicieron en León. Hoy es un día perfecto para disfrutar de los castillistas (Enzo Zidane, Odegaard y Tejero), de ese Mariano que huele el gol desde el baño de su casa, de Casilla (siempre dando un notable alto) y de Casemiro. El brasileño es un ejemplo como jugador y como persona.