El Clásico BARCELONA-REAL MADRID

Clos Gómez, el árbitro olvidado de los Clásicos

Clos Gómez es un árbitro nacido en Zaragoza el 30 de junio de 1972 y lleva once años en Primera División. Además, es internacional. El de hoy será su primer Clásico en LaLiga y eso es, de entrada, sorprendente... Por no decir raro. Se trata de un colegiado de gran experiencia y con más de 200 partidos a sus espaldas en la máxima categoría. Ha dirigido dos Clásicos en su trayectoria, ambos en la temporada 2012-13, primero en la Supercopa de España y después en la semifinal de Copa del Rey.

Como siempre, se busca en esta clase de partidos que el designado caiga bien a los dos equipos por la trascendencia que puede tener antes, durante y después en los medios de comunicación. Todo esto, además, puede afectar hasta el propio Carlos Clos Gómez a la hora de arbitrar. Algo que dudo dado que con su fuerte carácter, como buen maño que es, no se arrugará a la hora de tomar decisiones. Yo pienso que no ha pitado ningún Clásico en Liga desde el famoso panfleto del siempre provocador Mourinho tras un Madrid-Sevilla (el folio con los 13 errores que sacó el técnico portugués). Esto cortó su buena trayectoria para seguir dirigiendo estos Clásicos.

Clos Gómez es un árbitro serio, que pese a que últimamente ha aprendido a sonreír, no le gusta que le protesten y le rodeen. Siempre está muy concentrado en los partidos con sus árbitros asistentes y les mantiene muy alerta. Tiene muy buena colocación y aplica bien la ventaja. Su punto débil es que en algunas ocasiones da en exceso la espalda al balón. Cuando ha querido cambiar su estilo de arbitraje siempre le ha perjudicado. Pienso que lo tendrá muy claro: un Clásico hay que llevarlo con mano dura y sin perder su personalidad para que los jugadores sientan que hay árbitro. Sabrá hacerlo porque pitó más de 20 partidos a cada equipo.

Clos Gómez infunde mucha confianza en la organización arbitral y yo, ducho en estos partidos, sé que ahora lo hará bien pues lo tiene todo como árbitro y como persona, que también se debe valorar.