Quique: una nana contra la ferocidad

Apelaba Quique Sánchez Flores en la previa a la “fuerza de la manada” como método inapelable para visitar el Calderón y poco menos que para la vida. Y el Espanyol neutralizó al Atlético justamente como una manada, en un trabajo solidario que si se puede asemejar a algún equipo en el mundo es al de Simeone. Incluso logró llevarse el partido a su terreno el conjunto perico pues, además de culminar su planteamiento defensivo, dispuso de las dos ocasiones más claras, en las botas de Gerard y Baptistao.

En el otro lado de la frase de Quique estaban los rojiblancos, que empezaron y terminando asediando a los pericos precisamente como “lobos”. Lo leyó de fábula el Espanyol, agazapado, afianzado en un excelente Diego López, disponiendo de dos pivotes más defensivos de lo habitual para asistir a una zaga muy bien apuntalada y saliendo al contraataque, en arrebatos que pudieron ser definitivos.

La clave del 0-0 estuvo en que supieron los pericos combatir la ferocidad del Atlético con frialdad, tuvieron la capacidad de convertir un concierto de rock duro en una nana sinfónica, porque la orquesta al completo estuvo acompasada. Ni siquiera despertó del sueño el conjunto blanquiazul con esos zarpazos colchoneros, que le procuraron rasguños pero que le devuelven sano y salvo de vuelta a Barcelona. De hecho, la nana se prolonga porque, como ya le sucedió al propio Atlético, con Quique el Espanyol sueña despierto.