Un baloncesto donde todo vale

El Fuenlabrada, penúltimo clasificado de la Liga, visita esta tarde al Madrid, líder. El Fuenlabrada juega esta temporada en Europa. En la Eurocup, que es la segunda división de la Euroliga. Con tres victorias y tres derrotas, anda entre Pinto y Valdemoro para clasificarse. Se suma ese balance al que lleva en la Liga, y le sale un total de seis victorias y diez derrotas. No es para tirar cohetes, ni mucho menos. Pero ahí está, en toda una competición europea, dependiendo de sí mismo para seguir adelante. Más llamativo aún es el caso del UCAM Murcia, también en la Eurocup. Su balance en España y en Europa es de siete victorias y diez derrotas, y su campaña continental puede considerarse un éxito. Ya está clasificado para la siguiente fase. En el baloncesto las derrotas salen muy baratas.

Eso resta interés y emoción a las competiciones. El Baskonia lleva mayor porcentaje de derrotas esta temporada que el Barcelona (42,8% frente a 38,0%), y no pasa nada. Tampoco pasa nada por que en una ACB arruinada, diez de los diecisiete equipos jueguen competiciones europeas, con desplazamientos lejanos y taquillas que apenas cubren gastos. Una Liga a la que no se asciende por méritos deportivos, lo que ocasiona equipos impares en la competición. Entre los descansos de cada semana y los clubes de la Euroliga se produce tal desfase que el próximo día 18 va a darse el caso de dos equipos que se van a enfrentar entre sí, y uno terminará el mes habiendo jugado once partidos, y el otro, cuatro. Son el Madrid y el Obradoiro. Un ejemplo de un baloncesto dividido y en el que todo vale.