Neymar, Cristiano, Carvajal y la AFE

Marcó Messi de penalti en Mestalla y Neymar aprovechó el abrazo colectivo para ofender a la grada. Marcó Cristiano su segundo gol en el Calderón y se colocó en pose desafiante, de gran jefe sioux, brazos cruzados, mirada firme, ante la zona de los radicales del Atlético. Marcó Sergio Ramos el empate en Barcelona y Carvajal enseñó el dedo a la grada radical del Barça. Tres ofensas en distinto grado, la última de ellas con el paliativo de un rápido arrepentimiento. Pero tres gestos que han sobrado y sobre los que no he escuchado ni leído reproche alguno de sus clubes, ni tampoco del sindicato, la AFE, que bien podrían haberlo hecho.

Desde la bárbara muerte de ‘Jimmy’, se extendió una especie de ‘espíritu de Ermua’ que llevó a los clubes a combatir a los ultras, o al menos a hacerles más difícil la vida. Se va consiguiendo. Aunque últimamente parece notarse cierto rebrote, que espero que se ataje, llevamos meses con menos insultos, menos o casi ninguna pancarta ofensiva y expulsiones de abonados en algunos clubes por conducta impropia. Es un esfuerzo que han hecho los directivos, y que es muy de valorar, porque enfrentarse a gente de esa calaña no es grato ni fácil. Pero lo están haciendo. Y sin embargo les falta firmeza para reprender a sus divos. Más bien les defienden.

Rubiales, presidente de la AFE, me confesó ayer que a él tampoco le gustan esas actitudes. Una cosa es celebrar con y otra celebrar contra. Si la alegría no es por el bien de los propios sino por el fastidio de los contrarios, mal vamos. La AFE lleva tiempo (quizá demasiado) preparando un Código de Conducta, que seguramente se aprobará en la próxima asamblea, en mayo o junio. Robinson ha hecho buenas sugerencias, desde su visión inglesa, tan envidiable en el caso. En la comisión hay otros jugadores como Santamaría, Adelardo, Engonga o Giner. Supongo que de eso saldrá algo bueno, algo que aleje del fútbol actitudes así.