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No importa, pero ha sido importante

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Es cierto que la victoria de ayer no le sirve de nada al Bayern. También es cierto que el conjunto dirigido por Carlo Ancelotti pasará como segundo, por detrás de los de Simeone, a los octavos de final de la Champions. Pero lo que sucedió ayer en el Allianz fue vital para todo el Bayern. Para el técnico, la plantilla, los mandamases, incluso para los aficionados. Ahí estaba, entre la niebla del coliseo bávaro: el fantasma del Bayern. Estaba Griezmann, que no sólo le hizo una de las suyas a los muniqueses en las semifinales de la temporada pasada, sino que también se la lió a Alemania en la Eurocopa de Francia.

Estaba el Cholo y su pasión, que descifró el código Bayern dos veces en apenas medio año. En total: estaba el Atleti, un equipo que se había convertido en verdugo para el todopoderoso Bayern y al que había que ganar como fuera. Esta vez no para meterse en una final o para sumar puntos en la fase de grupos, sino para volver a creer en sí mismo. Quieran o no y por encima del momento, el Bayern sigue siendo el Bayern. Juegue mejor o peor, sea líder de la Bundesliga o no, el carácter de toda una entidad como la muniquesa no cambia.

Y ese carácter histórico lo dicta el propio lema del club bávaro: mia san mia. Nosotros somos nosotros. Y aquí, al Allianz Arena, no viene nadie a llevarse los puntos así como así, aunque estos puntos no sirvan de nada. Y menos el Atlético.