Prandelli desnuda a Peter Lim

Cesare Prandelli fue el que dijo “fuori”. Se fue él. Por hartura dirán unos y cobardía, otros. Según lo veo yo, a sus 59 años, ningún sentimiento le ata a Mestalla para pelear por no descender ni tampoco a estas alturas de su vida le van a dar lecciones de fútbol desde Singapur. Él tenía para los males del equipo un diagnóstico (fichajes) y la propiedad mira más a lo económico (con la venía de un García Pitarch que debe irse al día siguiente de salvar el equipo la categoría). El adiós del italiano deja desnudo al proyecto de Peter Lim, que lleva seis entrenadores entre infinidad de otras malas decisiones. Cierto es que los números de Prandelli fueron pobres (6 puntos de 24) y que últimamente ponía más ímpetu en allanar su salida en la sala de prensa que en preparar los partidos o acertar con los cambios, pero su veterana figura era uno de los pocos clavos ardiendo a los que agarrarse el valencianismo.

La dimisión del técnico italiano certifica 2016 como el año más lamentable y vergonzoso de la historia del Valencia. Supera incluso al año del descenso. Lo que pasó en 1986 son gajes del fútbol que de vez en cuando los sufre algún club histórico. Pero lo del año que hoy acaba va mucho más allá del balón. Es la decadencia e incapacidad en la gestión de un club y los resultados del equipo son sólo un reflejo de ello.