El tercer tiempo

El porvenir

El porvenir se dio cita en mi pueblo, el Puerto de la Cruz, Tenerife, de la mano de José Ramón de la Morena y su ya legendaria escuela de nuevos futbolistas, nacidos para la competición y para la vida. Luego viene el porvenir propiamente dicho, cuando ya es presente, o pasado, y va dictando sus reglas y sus leyes. Pero saludemos el año con esta palabra, porvenir, tan importante como el azar en el deporte.

El entrenamiento

En deporte todo es o porvenir o nada; incluso cuando ya has fracasado hay otra oportunidad. Pero para ello hay que entrenar. Los jóvenes tienden a creer que el triunfo es cosa de un día. Cuando acaba ese día de la gloria hay que pensar en la disputa siguiente. No es una lucha, es una carrera de fondo. Esto que es propio del buen deporte es exigencia de la vida misma. El entrenamiento es más importante que la competición.

La derrota

Es sólo una de las caras de la carrera. Los viejos olímpicos acuñaron esa frase, lo importante es participar. La ruptura de este mandamiento ha causado estragos en el deporte, pero también en la vida. El dopaje, la plaga actual que aparece en todos los deportes, incluso en los de amateurs, se parece a las otras lacras sociales y políticas. A la corrupción, por ejemplo. Ganar con fraude está penado.

Y ganar

Así que ganar es participar. El invierno sirve en España para recapacitar sobre los errores, para darle una nueva marcha a los equipos. Esa renovación invernal que preparan algunos clubes de primera clase no sería tan gravosa si esa cantera que han exhibido los muchachos de los grandes tuvieran continuidad y apoyo. España es ahora un mercado expuesto al exterior, al fichaje de muchos ceros, al alcance ahora de los chinos, por ejemplo.

Cristiano, símbolo

Esa noticia que AS dio en una portada reciente que parecía de los Inocentes (¡Cristiano podía haberse ido a China!) es un aviso que no afecta sólo al Real Madrid, sino también al Barça de Messi, al Atlético de Griezmann, a todos los equipos que están en posesión de grandes ases que son, en el mercado, almas de compra y venta. Los aficionados estamos acostumbrados a sufrir el despojo.

Sobresalto del alma

Pero cuando nos quitan, o amenazan con quitarnos, un emblema, las entretelas del alma se desmigajan, el alma se sobresalta. Anda por ahí la serpiente invernal centrándose en la figura de Messi, que si se va, que si se queda. Puede ser un macguffin de los que le gustaban a Hitchcock. Puede ser que estén disparando una diana para cobrarse otra pieza. Y puede ser que no. El azar maneja el dinero. Y este no tiene colores.

Un golpe de azar

Aquella frase, “el porvenir actúa en golpes de teatro”, es un golpe de azar del gran escritor Fernando Arrabal. Juntó dos libros, los abrió por cualquier parte y en uno halló “el porvenir actúa”, y en el otro halló la parte siguiente: “En golpes de teatro”. Con esa premisa creó un movimiento literario, el Pánico, un surrealismo de azares. El fútbol se parece.

Viene de China

Un juego de azares puede acabar con el peón de una plantilla. Ahora el azar se mueve fuera de los despachos grandes. Viene de China, ya lo advirtió Blas de Otero y lo corroboró aquí nuestro director, Alfredo Relaño. Si yo fuera directivo, o millonario, del fútbol estaría muy atento a los alrededores de Pekín. De allí vendrá la puñalada que descalabre a los grandes, a no ser que cuiden ese porvenir que se exhibió en Tenerife.