Al Barça no le alcanza con Messi

El de anoche lo alcanzó en un final agónico, gracias a una genialidad de Messi. Él se fabricó la falta, él la puso donde duermen las telarañas. Antes de eso había reventado un balón contra el palo y antes aún había provocado un penalti, una mano con la que un Bruno gateante desvió su disparo. No lo vio Iglesias Villanueva, provocando una nueva irritación entre los barcelonistas que no aplacaría una posterior mano de Mascherano. El Barça tiene razones para sentirse desdichado con la suerte en el partido de ayer, pero hay algo más.

Ese algo más es que detrás de Messi no hay un equipo. Tiene cerca algunos buenos jugadores, incluso excelentes. Iniesta, claro. Y Neymar, que crea peligro, aunque finaliza mal. Está la insistente percusión de Luis Suárez, aunque anda fuera de forma. Está Piqué, claro, ese puntal. Pero lo demás palidece. Voluntad sin picardía, jugadores cansados como Busquets, refuerzos que no refuerzan, porque son cómodos o inocentes. Cada vez con más frecuencia vemos partidos así, en los que el Barça sólo resuelve lo que resuelve Messi. Ayer, un gol, un tiro al palo, un penalti birlado. Todo suyo. El resto del equipo apenas suma.

Esa está siendo la diferencia entre el Madrid y el Barça, esa diferencia que se va haciendo más visible en la tabla poco a poco. Zidane tiene un equipo, un montón de jugadores que aportan, puede decirse que todos los de la plantilla. Ya no depende de la BBC. El Barça tiene un primer once bueno pero cansado, hasta rutinario en su juego. Y luego, a Messi. Anoche pudo ganar... por Messi. Empató por Messi. Como en Sevilla, dio la vuelta al partido por Messi. Pero hace falta algo más que un solo jugador, aunque sea grandioso, para mantenerle el pulso a este Madrid de Zidane, que ha alcanzado un poderío formidable.