El tercer tiempo

Kopa y Gento

Esas imágenes del sábado al mediodía, a pleno sol de invierno, fueron un chute de memoria. Gento y Kopa en el mismo retrato, exhibiendo el poderío del equipo (quizá) más potente del mundo. En la época en que esos dos genios de la cancha, vestidos de blanco, el Madrid daba miedo. Ahora lo vuelve a dar. No es una confesión envidiosa, es verdad: Di Stéfano y Gento eran un balón de fuego. Qué miedo.

Colección de oro

Estaban allí, al mediodía de Madrid, hora razonable en China, ante una multitud admirada del oro vestido de blanco, celebrando a Cristiano, su colección de balones dorados. Figo, Kopa, Owen, Ronaldo, Zidane…, el grupo que estaba presente y los que estaban por vídeo (Kaká y Cannavaro), representan lo mejor del fútbol mundial reunido en una exhibición de fuerza por el club blanco.

La memoria

Para los que vemos (y sobre todo escuchamos) fútbol desde niños es verdad que eso que escribe el madridista Luis Landero en su novela por aparecer, “apenas queda en la memoria el bulto del tiempo”. Y ese Madrid cuya fuerza se evocaba el sábado era, sobre todo, el espejo de una época memorable que atraían a nuestras casas de veteranos las figuras de Kopa y Gento.

Fútbol negociable

Esa potencia sigue, y los del Barça lo volvemos a notar como antes, cuando salía Gento y se nos subía a la garganta el miedo del cuerpo. Ahora pasa de nuevo. Di Stéfano se sienta en el banquillo, se llama Zidane. Gento es Cristiano, casi. Enfrente tenían el sábado al Granada. El desnivel es sideral. Fue un día en que nadie podía negociar el fútbol con el Madrid. Y el Granada lo notó desde el primer suspiro. No jugó: estuvo.

Los débiles

Hubo, en ese contexto, una reflexión interesante entre Antonio Romero, Alfredo Relaño, Dani Garrido y Álvaro Benito en Carrusel. Los futbolistas del Granada son, en general, gente de paso, están ahí para irse a otro lado, como los catedráticos que iban a La Laguna. No es que hubiera desgana, es que no había fútbol de veras, sino acomodación, costumbre del desastre ante el grande. En el desnivel se rompen las ideas.

Sevilla se levanta

Como no hubo alegría en el Sevilla que afrontó el huracán Madrid sin Cristiano. Recordamos algunas jugadas como las del Madrid frente al Eintracht. Pero se levantó el Sevilla en Anoeta. Esa es la rabia del fútbol, su alegría. Fútbol hubo en Bilbao (Athletic-Barça) el jueves. No fue fútbol de oro, pero parecía una escuela examinándose frente a otra. Esa es la Copa. La Liga se está aburriendo.

Ideólogo Simeone

Me gustó escuchar a Simeone hablando del partido a partido. Ganó en Ipurua, que es como meter un gol en Las Gaunas. Y puso en marcha su corpus ideológico, que consiste en decir que todos los chicos están bien. Se despertó de esa fuerza atlética la UD Las Palmas y con un gol dejó a Abelardo helado bajo el relente de Las Canteras. En ese clima sentí por primera vez el miedo a Gento.

Volver al origen

La novela de Landero que sirve de emblema a este tercer tiempo va del fracaso, pero también de volver al origen. Y ahí está el regreso de Jesé a su origen. Ha podido más en él (en el Madrid, en el PSG) el carácter que el fútbol, y ha andado como un canto rodado. Ahora que vuelve a esas Canteras de su vida, es posible que se sosiegue. Y que triunfe, lo que busca tambi