Partidazo del Sevilla y récord del Madrid

Tremendo partido en el Pizjuán, donde a diez minutos del final aún parecía posible la proeza del Sevilla, que sin embargo finalmente no pudo ni siquiera darse el consuelo de romper la lujosa racha de partidos sin perder de Zidane. No fue un buen partido del Madrid, y sí del Sevilla, pero en las áreas, donde se escribe la historia, los de Zidane fueron más resolutivos. Pese a estar casi todo el partido a merced del Sevilla, el Madrid se las apañó para conseguir tres goles. El primero, en una prodigiosa carrera de Asensio, el segundo, en un penalti justo que Sergio transformó a lo Panenka. El tercero, ya en el descuento, en un precioso zigzagueo de Benzema.

Frente a eso, el Sevilla hizo tres goles, estrelló un balón en el palo y provocó buenas paradas de Casilla. Tuvo verdaderamente amedrentado al Madrid, al que arrasó por brío y juego. Marcó pronto, insistió, llegó al descanso sin más premio, se repuso al 1-1 encajado tras el descanso, hizo pronto el 2-1, fue a por más y con el 3-1 llegó a dar la sensación de que llegaría a la meta. El Pizjuán era un pandemónium, con el público jaleando y el Sevilla llegando por un lado u otro, con el debutante Jovetic convertido en un peligro permanente. Hasta que llegó la cabalgada de Casemiro, cortada en penalti por una melonada de Kranevitter. Lo marcó Ramos y se armó.

Lo marcó a lo Panenka, lo que no es burla, sino recurso. Pero se encaró a los radicales, que le habían estado pitando, con gestos de desafío, y luego quiso congraciarse con el resto del campo, con gestos de perdón. Todo eso le sobró. El Pizjuán se volvió mayoritariamente contra él, con gritos inadmisibles. La atmósfera quedó alterada. Entonces, imposible ya el objetivo sevillista de la remontada, el Madrid se acordó de la racha de partidos sin perder y en el último suspiro empató. Un golazo de Benzema para cerrar un glorioso partido copero que tardaremos en olvidar y que pone un foco formidable sobre el regreso liguero del Madrid este domingo.