El Espanyol circula a contrapié, igual que los samoanos

Viaja el Espanyol a Mestalla desde Samoa, donde se había instalado esta semana desde que la Generalitat decidió que “si sientes el FC Barcelona, sientes Catalunya”. Los pericos demuestran en ironías como la de esta campaña que son ilógicos, y por ello (y por las numerosas bajas) resulta indescifrable si este mediodía serán capaces de apuntillar al Valencia, de seguir con su gran bagaje a domicilio ante 500 aficionados blanquiazules o de encadenar su cuarto partido sin ganar.

La similitud de los pericos con los samoanos, aun así, no es baladí. Samoa es el único país que en los últimos 40 años ha decidido que los vehículos, de un día para otro, circulen por la izquierda. Al estilo inglés. Lo decidieron en 2009. Una mañana, a las seis, cambiaron el sentido y ya está. Se decretaron dos días festivos para normalizarlo sin atascos monumentales y tres días en que estaba prohibida la venta de alcohol, que también ayuda. Hubo quejas, como los autobuseros, quienes reclamaban que en lo sucesivo deberían abrir sus puertas en medio de las carreteras. Pero con esta medida se adaptaban al resto de países del sur del Pacífico y se ahorraban carísimas importaciones de coches desde América.

Además de circular al revés, igual que el Espanyol en su entorno, algo así le ha sucedido al equipo, pues cambió casi de un día para otro el conformismo por la ambición. No hay más que recordar en qué situación estaba en la anterior visita a Mestalla: al borde de la zona de descenso. Hoy se han intercambiado los papeles y es el Valencia el que peligra. Siempre les quedará Samoa. O Singapur.