El que lo hace todo

Messi hace de todo y es un jugador alegre. El mundo alrededor le afecta relativamente, de modo que estos incidentes del recorrido de su renovación, incluida la intervención del funcionario del Barça que ha perdido su puesto por meterse en camisas difíciles, no tienen nada que ver con él. Así que dispone al equipo, tiene tiempo hasta para animar a los deprimidos, como Alcácer, y les sirve a los demás de camarero de lujo. El resultado se parece a su manera de valerse del partido como si fuera suyo hasta el equipo contrario. Hizo tanto que hasta batió un mástil que se le resistía, Las Palmas, al que hasta ahora había sido incapaz de batir.

Y la UD, tan buen equipo, se desarboló de tal manera que jugó como si no hubiera salido de Gran Canaria. Cualquiera puede entender que un equipo que sólo remata dos veces no puede aspirar a otra cosa que a suspirar entre gol y gol del rival, sobre todo si enfrente tiene a Messi. Varas podía haber jugado en todas las líneas, pues fue el único que pareció haber salido de Gando.