Parcial del Madrid: 649-653

El Barcelona dio la nota en la jornada que cerró la participación para la Copa de baloncesto. Perdió en Tenerife, y fue el único de los equipos clasificados para la Copa que fue derrotado. Llega a ganar, lo cual no hubiera sido ninguna hazaña, pierde el Madrid, que estuvo en un tris de hacerlo, y a estas alturas el líder sería el Barcelona con todo lo mal que está. El Madrid, por cierto, con todo lo bien que está —líder en la Liga y segundo en la Euroliga—, suda sangre para sacar adelante los partidos. Desde que empezaron las Navidades, sólo puede sentirse satisfecho de un partido: el que jugó, y ganó, ante el CSKA. Todo lo demás han sido derrotas o remontadas al límite. Partidos trabados, mal defendidos, con jugadores ausentes y, casi siempre, frente a equipos teóricamente inferiores.

Desde el 22 de diciembre ha perdido en la Euroliga con el Estrella Roja, y ganado, además de al CSKA, al Efes, noveno clasificado, por dos puntos, y al Maccabi, el penúltimo peor equipo de las últimas ocho jornadas con siete derrotas, rivales éstos a los que tuvo que remontar. Como ayer frente al Joventut, un equipo amenazado por el descenso y la desaparición. Le pasó lo mismo ante el Andorra, a quien ganó en la prórroga, mientras que en Sevilla y Vitoria, ahí con contundencia, cayó. Si no es normal la caída en picado del Barcelona, duodécimo en la Euroliga, el parcial negativo del Madrid en sus últimos ocho partidos, tampoco: 649 puntos a favor y 653 en contra, lo cual revela una merma en el juego ofensivo y un desajuste en el defensivo. Con la plantilla que tiene el Madrid, sobran las excusas.