Partido de ida en el que el Madrid necesita un buen resultado. Zidane dispone un dibujo aproximado a 4-1-4-1 con Cristiano como único rematador referente arriba. En el banquillo, Morata y Benzema. Primera parte: cuatro remates del Madrid a puerta, ninguno del portugués. Se va al descanso con un remate fuera. El Celta vive cómodo, pasando mínimos apuros, y con un empate a cero que le da alas. El Madrid muestra pocas uñas, siendo esto Copa y necesitando goles.

Segunda parte: se lesiona Asensio y entra por fuerza Morata. El Celta saca tajada de un desconcierto posicional del Madrid y se adelanta 0-1. Empata rápido Marcelo, pero nada cambia en el Madrid, sigue muy plano, y el Celta vuelve a golpear. Con 1-2, Zidane pone a Kovacic por Lucas Vázquez (71’) en sustitución poco explicable y espera hasta el 80’ para meter toda la artillería Benzema-Cristiano-Morata para intentarlo a la desesperada. El partido se había ido.

Un atacante. El Madrid estuvo tibio de salida, tanto en el dibujo como en garra ofensiva. Sólo cuatro remates a puerta lo certificaron.

Con todo. Hasta el 80’ no fue con todo Zidane, con 3-4-3, y un 1-2 en contra desde el 70’. Benzema tuvo el empate, pero tiró alto. Era tarde.