¿Se pueden evitar los accidentes en los rallys?

Los rallys saltan una vez más a la primera línea informativa por cuestiones que, lamentablemente, poco tienen que ver con el deporte en sí mismo. Un nuevo accidente en una prueba tan legendaria como la de Montecarlo vuelve a costar una vida. Y la desgracia reabre el eterno debate sobre la seguridad en esta inigualable disciplina automovilística. ¿Es posible la siniestralidad cero en los rallys? Pues me atrevería decir que no, al menos en su formato tradicional que es el que le otorga una espectacularidad excepcional frente a otras modalidades. El riesgo existe como en tantos otros deportes o aspectos de la vida, desde el tráfico a los viajes en avión. Sin embargo, en mi opinión la clave del asunto radica en la proporcionalidad de los hechos y las circunstancias en las que se producen.

Innecesario resulta decir que cada vida es igual de valiosa y su pérdida irreparable. Sin embargo, personalmente en otras ocasiones me he mostrado muy crítico con algunos trágicos accidentes ocurridos en los rallys, en los que se había producido una clara negligencia de los organizadores al impedir una ubicación peligrosa de un grupo de seguidores de la prueba. Nada que ver con la actitud personal de individuos aislados, imposible de controlar por completo en un recorrido de la distancia de un tramo del Mundial. Lo ocurrido en Montecarlo no tiene pinta (a la espera de las conclusiones de la investigación) de una imprudencia colectiva, sino del cúmulo de circunstancias imprevisibles que se traducen en un accidente. Cuestionar esta situación aislada sería como pretender prohibir los encierros de San Fermín porque hay cogidas a corredores temerarios o los maratones populares para prevenir los infartos. Todo en su justa medida desde el análisis y el conocimiento