Zverev, un ciclón; Nadal, un muro

Alexander Zverev tiene 19 años. Ocupa el puesto 24 en el ránking mundial. No es frecuente encontrar un jugador tan joven en puestos tan destacados. Nadal ha dicho de él que se trata de un tenista con condiciones para ganar un Grand Slam y de ser número uno. El propio Nadal ha tenido ocasión de comprobarlo en Australia. Ya se había enfrentado a él en Indian Wells. El año pasado. Le costó ganarle: 6-7, 6-0 y 7-5. El partido fue duro. Dos horas y media. El de ayer, aún más: 4-6, 6-3, 7-6, 6-3 y 6-2. Más de cuatro horas en la pista. Fue la eliminatoria de tercera ronda más larga. Zverev acabó destrozado. Acalambrado y con evidentes síntomas de cansancio. Nadal, no. El esfuerzo lo acusará, sin duda. Pero la buena noticia es que aguantó sin resentirse de sus males anteriores.

Y no sólo aguantó en una evidente óptima condición, sino que ganó a un rival temible. Ahora mismo es casi un desconocido, pero ya adelantó Nadal que le ve capacitado no sólo para sucederle a él mismo. También a Djokovic, a Murray, a Federer y a quien se ponga por delante. Es casi diez años más joven y llega como un ciclón. Con casi dos metros de estatura, un saque que supera los doscientos por hora, un revés demoledor y un drive con el que también sabe hacer daño. Que Nadal fuera capaz de ganarle dice mucho en favor de su recuperación. Difícil saber hasta dónde llegará en Australia, pero es un hecho que camina hacia su mejor versión. Zverev tuvo ocasión de sufrirlo. Él será un ciclón, pero Nadal es un muro infranqueable. Zverev tendrá que esperar.