Uno de los peores partidos

Preocupante la imagen ofrecida ayer por el Atlético de Madrid en Vitoria. Los de Pellegrino superaron en todos los aspectos a los del Cholo, ya fuese anticipándose en los rechaces como en los duelos de cabeza. Hubo momentos, demasiados diría yo, que el aficionado rojiblanco se identificaba más con el rival que con su propio equipo. La convicción o él hambre marcaban las diferencias. Los rojiblancos, que salieron con hombres netamente ofensivos, se quedaban en tierra de nadie a la hora de presionar o replegarse. Todo lo contrario a un Alavés con menos dudas y las ideas muy claras. Camarasa le hacía un roto a los rojiblancos con sus llegadas por sorpresa, Marcos Llorente jugaba cómodo y el centro del campo llegaba siempre tarde a la presión. En el ránking de los partidos más malos de la era Cholo, el de Vitoria está ya entre los primeros. Se pueden jugar con filosofías o estilos diferentes, pero lo que choca de nuevo es la diferencia de intensidad con el rival.

Es la temporada más complicado de la era Simeone. Aguantar cinco años a ese ritmo es de récord Guinness. Exprimirlos de esa manera tiene una fecha de caducidad de tres años como mucho. Los rojiblancos están a tiempo de demostrar que todavía les queda jugo.