Olvidados de todo

Te olvidas de la tabla de sumar y se te va al garete todo. Se te va al garete un partido de fútbol, su importancia. Como si estuviera en otra cosa, sin colores ni ganas de defenderlos, el Barça se olvidó de todo en el estadio Benito Villamarín. Hasta que el Betis, que lo afeitó durante setenta minutos, marcó su gol, los jugadores parecían seres inanimados sobre el lodo. Entonces los activó la memoria y se pusieron a correr para recuperar el tiempo perdido. Se dieron cuenta, de pronto, de que el desastre se metía en la camiseta y quisieron ser lo que fueron apenas tres días atrás.

El mediodía sevillano se les cayó de plano hasta entonces; y cuando reaccionaron ya el conjunto arbitral (se llamó siempre así: el conjunto arbitral, ahora lo llaman el árbitro) se conjuró para que aprendieran a no confiarse e hizo como había hecho el Barça: se olvidó de lo imprescindible, pitar gol. Menos mal que Suárez, el uruguayo, se acordó de sí mismo. Si no aquí estaríamos, olvidados de todo.