Sergio Busquets en ausencia del sabadellense, Andrés Iniesta porque tampoco jugó el albaceteño e Ivan Rakitic con el croata, que sí estaba enfrente, bajo mínimos. De las tres cosas hizo Dani Ceballos ante el Barcelona (fue el que más corrió, el que más balones recuperó y el medio que más pases acertados dio) durante su tremendo partido, al que sólo le faltó el gol. Una guinda que su trallazo al larguero dejó a apenas centímetros, detalle que no empañan la tremenda exhibición del centrocampista utrerano: en ese escaparate además de ribetes dorados con el que se enseñan al mundo los partidos ante los grandes. Sus entre 12 o 15 millones de cláusula de rescisión parecen ahora mismo una ganga, un chiste que no tardará cualquier equipo en pagar. Quedan dos días para cerrar el mercado...

El recién llegado Rubén Pardo, es verdad, hizo y debe hacer crecer aún más al utrerano. Por fin pudo asociarse Dani con otro centrocampista que habla su mismo fútbol de pase vertical y rápido, sus ganas de poner el balón en ventaja para los atacantes propios. Curiosamente, los dos mejores partidos del Betis esta campaña los ha jugado el equipo verdiblanco colocándole al lado a Ceballos a un artista en lugar de un picapedrero. Ante el Athletic, con Joaquín Sánchez de sorprendente mediocentro; y ayer, con el pivote cedido por la Real Sociedad ayudándole tanto en la destrucción como a la hora de llevar el balón al área de Ter Stegen. Ése, el de la osadía y los buenos futbolistas, es el paso adelante que tiene que dar el Betis para hacer más partidos excelentes como el de ayer... y ganarlos.