El Barcelona se encuentra ante una de las mayores crisis de su historia en el baloncesto. Mediada la temporada, suma 17 derrotas: 12 en la Euroliga, 4 en la Liga y 1 en la Supercopa. Pese a ello no se cuestiona a Bartzokas, el entrenador. Al fin y al cabo, el equipo sigue aspirando a los tres grandes títulos de la temporada: la Euroliga, la Liga y la Copa. Las probabilidades en la Copa permanecen intactas: primera eliminatoria con el Unicaja, después vendría el Valencia o el Gran Canaria, y en la final todo es posible. En la Liga, prácticamente lo mismo. ¿O es que alguien duda de que no se clasifique para los playoff? En la Euroliga la cosa está más dura, pero aun así sigue dependiendo de sí mismo. Sólo dos victorias separan al Barcelona del equipo que marca el corte.

Con ocho victorias en las diez jornadas que restan se aseguraría el pase. Incluso con siete, pues lo normal es que el octavo clasificado sume quince victorias y quince derrotas. Todo empieza por ganar hoy al Zalgiris, un rival directo para superar esta primera fase de la Euroliga. Así que incluso haciéndolo rematadamente mal, en el club no se encuentran motivos para decretar el estado de crisis. Igualito que en el fútbol. El Madrid ha perdido dos partidos en toda la temporada, el Barcelona, cuatro, y tanto Zidane como Luis Enrique sienten el fuego en sus banquillos. Mientras en el fútbol los títulos se juegan en cada jornada, en el baloncesto nunca pasa nada. ¡Cómo no van a estar encantadas las gentes del baloncesto con este sistema! Alejará a los aficionados, pero ellos siempre seguirán.