Y de nuevo parece que Fernando Torres se saca el desfibrilador de su kit de supervivencia. El Niño jugó su último partido titular ante el Betis y aquel día dio muestra de desconfianza, con movimientos poco determinantes y con la sensación de estar peleado con el balón. Entiendo las dudas que crean en el aficionado al fútbol porque la diferencia es muy grande cuando no está en su tono físico, pero me sorprenden los osados del grupo de la pala y sus ganas de enterrarlo. Los que llevamos tiempo viéndolo sabemos que Fernando necesita su físico para despertar su confianza, es ahí cuando no titubea y multiplica su rendimientos. Le lleva pasando estos últimos años.

Y de nuevo dio síntomas de recuperación en Vitoria y con el Barça en Copa. Ante el Leganés tuvo gran lectura del juego desahogando al equipo cayendo por detrás del carrilero, aguantó la pelota dándole continuidad al juego con criterio. Su determinación en el penalti y su tranquilidad en el segundo gol demostraron que va recuperando pulsaciones. Este Atlético, que da la sensación de buscar un revulsivo en una temporada confusa, al igual que la temporada pasada y sus tres meses fantásticos, ha podido encontrar la vitaminaTorres. ¡Marchando una caja!