Tarde o temprano el deporte casi siempre acaba ofreciendo revancha. De caer y volver a levantarse para buscar una gloria que les parece esquiva, saben mucho los dos clubes que esta noche se van a enfrentar en Mendizorroza. Quizás para el Alavés la hora de ajustar cuentas con la historia llegue cuando vuelva a disputar una final europea, pero en el caso del Celta su espina clavada es la Copa. Se le han escapado tres finales de este torneo y las dos últimas de forma traumática. En ambas ocasiones el Zaragoza despertó al celtismo del sueño de levantar su primer título. A falta de un trofeo, aquellas dos experiencias coperas generaron dos mitos. En 1994, Gudelj fue el héroe de la semifinal con el Tenerife. Marcó dos goles en la ida y dos en la vuelta. Siete años después, Berizzo también anotó en los dos partidos del duelo con el Barcelona por un puesto en la final. Ni uno ni otro pudieron culminar sus hazañas inaugurando el palmarés celeste. Ahora el bosnio y el argentino se sientan en el banquillo y están a dos pasos de tomarse la revancha.

El futbolista que está llamado a coger el testigo de su delegado y de su entrenador es Iago Aspas. Precisamente el delantero se ganó ante el Alavés su ascenso al olimpo celtiña. Lo hizo en 2009 con un doblete que evitó la caída de su equipo a Segunda B y quién sabe si su desaparición. Desde entonces el moañés no ha hecho más que liderar a los suyos para volver a tener la oportunidad de pelear por un título. Subió al Celta a Primera, lo mantuvo de forma milagrosa y regresó para llevarlo a Europa. Sólo le falta coronarlo campeón.