Algunas personas que piensan ayudar a Álvaro Morata atacando a Karim Benzema han lanzado hace unas semanas una broma pesada sobre mi compatriota. Algo sobre la Revolución Francesa, la guillotina y el hecho de que se va a cortar una cabeza. La del número 9 del Madrid por supuesto. Parece que esta gente está muy mal informada porque tanto Zidane como los directivos del club y el vestuario están encantados con el delantero francés. Y nadie quiere que se vaya.

Dicho esto, como se refieren a la Revolución Francesa me voy a permitir alguna reflexión sobre Zizou, Morata y los legados de este acontecimiento histórico decisivo para la humanidad. Recordando las tres palabras clave: “Libertad, Igualdad y Fraternidad”. Libertad: nadie ha obligado a Morata a quedarse en el Madrid a sabiendas de que partía por detrás de Benzema, un delantero que está jugando su octava temporada en el primer equipo. Y ninguna campaña externa va a influenciar a Zidane a la hora de escoger a los jugadores para el once titular. Todo el mundo está libre. Igualdad: no confundir con Igualitarismo. Es decir que Zidane debe considerar los esfuerzos de Morata, pero no está obligado a repartir de forma exacta el tiempo de juego entre los dos delanteros. Por eso pronunció esta frase ayer: “Nadie va a cambiar que haya jugadores con más minutos que otros”. Fraternidad: para la unidad del vestuario y el bien del Madrid es esencial que no se invente una guerra entre dos personas que se respetan. Karim tiene una buena relación con Álvaro. Igual que la tenía en su día con el Pipita Higuaín.