Una Copa con 21 españoles...

En una entrevista concedida al diario Málaga Hoy esta semana, Sergio Scariolo comparaba acertadamente el formato de la Copa con “la fórmula de la Coca-Cola”. Por el modelo original que creó la ACB y que se expandió por Europa, por el precioso envoltorio y por la convivencia de las aficiones, envidiable. La jugada polémica de la Copa, el campo atrás de Llull, ha vertebrado el torneo. Por las calles de Vitoria, los mismos aficionados del Madrid bailan “era campo atrás”. Magnífico ejemplo de deportividad este torneo, que tiene una final Madrid-Valencia marcada por un niño prodigio: Doncic. Como cada año, sin embargo, mañana la ACB chocará con la cruda realidad: su decreciente interés, la invasión de sus espacios y calendarios por la Euroliga y un dato concreto preocupante.

Sólo 21 jugadores nacidos en España han sido inscritos en la Copa. El número, que representa un 21,8 por ciento del total de participantes, supone un mínimo histórico. Cuentan los expertos que llegan momentos de cambio. Está pendiente la renovación del convenio con la FEB con asuntos tan recurrentes como, precisamente, el de los cupos de nacionales. También el famoso canon, que Francisco Roca pretende rebajar ahora que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia le aprieta con el expediente que tiene abierto por la denuncia del Tizona Burgos. Un tiempo de cambio que requiere, no es sencillo, audacia y, al fin, grandes decisiones para que todo el universo ACB se acerque a ese fabuloso oasis que es la Copa y no termine como una liga doméstica residual.