Una noche histórica

Victoria. El Atlético jugó un buen partido en el BayArena. La primera media hora de encuentro fue antológica, con un equipo rojiblanco dando una lección de lo que es jugar al fútbol, de replegarse y salir al contragolpe. Recordó al mejor Atleti de siempre, letal con espacios por delante. El rival no es de los de primerísimo nivel europeo, pero en Alemania siempre es complicado jugar y ganar. Y el Atlético lo hizo muy bien al principio, bien en líneas generales, aunque pasó unos minutos muy complicados al final. Jugó Moyá, quien falló en un gol, pero tuvo buenas paradas. Y el Atlético marcó de penalti, lo que ya es noticia. Gameiro dio un recital, Griezmann superó a Luis Aragonés y Torres aumentó su leyenda. El Atlético tiene pie y medio en la siguiente ronda.

Gameiro. Hizo un partido espectacular. En El Molinón, el Atlético ganó para la causa al jugador francés. En Gijón Gameiro hizo mucho más que marcar tres goles. Se quitó una espina y ante el Bayer Leverkusen hizo su mejor partido con la camiseta del Atlético. Siempre he insistido en que es un futbolista muy válido, que juega para el equipo y no sólo para él. El Cholo necesita a todos en plenitud de condiciones, puesto que llega la parte decisiva de la temporada. Y Gameiro, en forma, es un futbolista a tener en cuenta. Luego salió Torres, quien marcó su golito, dejó su sello marca de la casa. Esto, señores, es un EQUIPO, donde todos cuentan y todos aportan.

Saúl. El canterano ha ofrecido detalles de su calidad a cuentagotas a lo largo de esta temporada. Pero le faltaba explotar de nuevo en un partido de alto calibre. Y lo hizo en el BayArena. Fue uno de los mejores, arriba y abajo, excelente en el juego aéreo y marcando un golazo, uno de esos tantos que nunca te cansas de ver repetido. Saúl también salió triunfador en la gran noche del Atlético.

La afición. Me podrán llamar lo que quieran, pero me sigue emocionando ver a tanta gente del Atleti viajando por Europa. Uno se da cuenta de lo que es este club, de la fortaleza y grandeza del Atlético cuando ve a seguidores de Huelva, de Toledo, de Ávila… Con sus bufandas rojiblancas y cantando el himno a todo aquel que le quiera escuchar. Fueron 700 a Leverkusen pero en el estadio parecieron muchos más. La afición dio muestras de cariño y entrega hacia los suyos, hacia un equipo que va muy en serio a por esta Champions.