Sampaoli y las 66 horas de descanso

Sampaoli sospecha, seguramente con razón, que 66 horas de descanso no son suficientes para llegar en condiciones a un derbi de la pasión del sevillano. Hace un mes, el Barça tuvo 61 antes de visitar el Villamarín y fue zarandeado. Para el Betis, que se arrastró en Granada, el partido aparece como una buena oportunidad de frustrar al Sevilla en su carrera por LaLiga. Para la masa social bética más crítica, sin embargo, salvar la temporada así no tiene ninguna grandeza ni es suficiente.

El partido, en el que no habrá afición sevillista en Heliópolis por tercera vez en este siglo, apunta a grande. La recuperación de Ceballos es la esperanza del Betis, que lleva siete derbis seguidos sin marcar. Víctor le cambió algo la cara al equipo cuando llegó por el decepcionante Poyet. Trabajó mejor la estrategia y se hizo algo más fuerte defensivamente, pero necesita un golpe de credibilidad que convenza al beticismo de que su continuidad es buena para el club. El Sevilla, mientras, acumula fatiga: Pareja, Vázquez, Ben Yedder e Iborra serán piernas frescas en un once en el que ni Jovetic o Nasri son seguros. Sampaoli estuvo casi impecable en su discurso ayer, pero acabó dejando caer que para el Sevilla es un partido más y para el Betis, “único”. Sólo le hizo faltar leer a Monchi en twitter después para entender que nunca habrá nada más importante que un derbi en Sevilla.