Nadal y Federer en menos dosis

Roger Federer y Rafa Nadal vuelven estos días, un mes después del Abierto de Australia, a las pistas en Dubai y Acapulco. Un parón largo para lo que es habitual en el tenis. El suizo cumplirá 36 años en agosto y ya ha advertido que su temporada de tierra, la menos propicia, está en el aire. Incluso Roland Garros si hace falta. El español, que llegará a los 31 en junio, por fin ha escuchado las voces que le recomiendan prudencia. En Melbourne disputó tres partidos a cinco sets y jugó casi 23 horas. Luego, renunció a la Davis (Croacia no tenía ningún jugador entre los doscientos primeros) y a Rotterdam. Su gran objetivo es el décimo título en la arcilla de París. “Los resultados marcarán el calendario”, avisa. Si queremos disfrutar de los dos más tiempo, bien haremos en aceptar que se dosifiquen.

La temporada ATP es larguísima. Arrancó el 1 de enero y no acabará hasta el 19 de noviembre con el Masters. Muchos kilómetros, muchos torneos. Para asegurarse buenos sorteos, es necesario defender puntos y no bajar en el ránking. Pero Federer partió 17º en Australia y Nadal noveno y eso no impidió que llegaran a la final. Se demostró que, sanos, pueden luchar por más Grand Slam y en ellos se reparte buena parte de los puntos. El ránking no debe guiar ya su agenda, y sí el físico. La ATP permite a los jugadores que cumplan tres condiciones (mayor de 30 años, más de 600 partidos y 12 años en el circuito) saltarse la obligatoriedad de disputar los ocho Masters 1.000. Los dos las cumplen. Los aficionados entenderían que se racionaran si eso sirve para ampliar su leyenda en los grandes.