Quién y por qué después de Luis Enrique

Al Barça no irá el entrenador que diga Messi, pero sí el entrenador que acepte Messi. Partiendo de esa premisa, que se redondeará cuando el argentino firme su ampliación de contrato, el Barça puede buscarle las aristas que quiera a sus candidatos al banquillo. Reemplazar a Luis Enrique no tendrá el calado de la sucesión de Guardiola, que fue el apóstol del barcelonismo en los años más gloriosos de su historia. Pero nadie debe olvidar que Luis Enrique ha sido un entrenador de tremendo éxito en el Barcelona, casi abrumador. En tres años apenas se le recuerdan dos grandes decepciones. La eliminación ante el Atlético y el reciente 4-0 de París. El resto, al fin y al cabo, ha sido ganar.

Sampaoli es el brío. Tiene 56 años pero ha llegado a Europa dispuesto a comerse el mundo. Es osado y muy ambicioso. Al segundo mejor Sevilla de la historia, el de las tres Europa League, le ha dado la vuelta como un calcetín. Ha conectado con la gente, no tiene miedo en proclamar sus aspiraciones a ganar la Liga o lo que sea y tiene recursos futbolísticos. Por el contrario, y siempre desde lejos, a Sampaoli se le perciben ciertas estridencias que podrían no ser muy bien recibidas en un vestuario que, no olvidemos, manda mucho. Manda todo. Agotó a Guardiola, soportó estoicamente el drama de Tito, vio anacrónico al Tata y le marcó los límites a Luis Enrique cuando el asturiano se creyó en condición de llegar a estampas de máxima tensión, casi de llegar a las manos cuentan, con el mejor jugador de la historia del club. Messi recibió muy bien el aire más calmado de Luis Enrique desde aquel enero de 2015 y han sabido convivir. Si Sampaoli está preparado para dirigir un equipo que no estará lleno de soldaditos como la selección de Chile o el mismo Sevilla y sí de vedettes o tipos brillantes como Piqué es un asunto muy a tener en cuenta.

Desde fuera, mira Valverde. Un tipo que transmite flema pero que dentro del vestuario es todo un carácter según personas que lo han tratado y/o conocen profundamente. Valverde conoce el Barça. Sabe quién hay en la casa cuándo manda, de qué ‘familia’ procede y cuáles son los riesgos que conlleva. Para quien piense que es manejable, es necesario advertir que no será nada parecido a un monigote y que querrá intervenir. Sus formas, sin embargo, parecen adecuarse más a lo que necesita el Barça. También su conocimiento del medio. La pregunta, tal vez, es si Valverde puede darle una sacudida más a una plantilla que, en cierto modo, parecía haber caído en cierto abatimiento. El Barça, no lo olvidemos, está cerca de un fin de ciclo. Lo quiera o no. Iniesta, Busquets… Hasta Messi y Piqué se hacen mayores. Sn la historia del Barça y es necesario saber si tienen la ambición de seguir ganando y si un nuevo técnico será capaz de espolearlos.

Hay más opciones. Koeman, y más que nunca en el 25º aniversario de Wembley, es la historia del Barça. También conoce la casa pero su modelo no está claro. En sus equipos, los casi primeros como el Valencia y los últimos como el Everton, no se adivina mucho del ADN Barça. Puede ser un ecléctico y cambiar de nuevo en Can Barça porque sobre él, sin duda, se soportó el 3-4-3 del cruyffismo. Sin embargo, siempre desde un prisma aséptico, parece que mezclar su carácter con el del tridente puede ser agua y aceite. Unzúe, el plan A desde comienzos de año, parece una idea algo descabellada porque no apunta al carácter necesario para esa caseta salvaje. Pero el Barça se atrevió con Tito y esta sería la opción continuista, dialogante, de gente que ya se conoce entre sí. Y hay más: Blanc por ejemplo. Una autoridad en Francia, pero un defensa con clase que pasó y punto por Barcelona. Quién y por qué en el Barça es un largo debate. Cuando haya quién, tendrá un trabajo de gigante.