Los cinco goles al Celta han obrado un milagro en el ánimo del barcelonismo. “El resultado del PSG”, tituló con tino El Periódico, expresando lo que todos pensamos. Ese resultado abre una ilusión de remontada que pocos disimulan. En general, el Barça no ha sido muy de remontadas, aunque algunas sí tiene en su pasado. Una sobre el Goteborg, otra sobre el Anderlecht... Pero no ha construido una doctrina propia sobre ello, como sí ha hecho el Madrid, a cuya afición la mera posibilidad de vivir una le entusiasma. El barcelonismo ha mirado normalmente esos arrebatos del Madrid como algo insensato. Pero esta vez es otra cosa.

El Barça lleva muchos años progresando hasta los últimos tramos de la Champions. No se ve cayendo en octavos, ni casi recuerda cuándo fue la última vez que le pasó. Por otra parte, este tiempo histórico del Barça está colmado de éxitos, pero de faltarle algo lo que le falta es una gran remontada. Es verdad que pocas ocasiones ha tenido, por la estabilidad natural del equipo (toda remontada exige un fracaso previo) pero cuando llegó la gran oportunidad, ante el Bayern, no se dio. ¿Podría ser ahora? No es fácil marcarle cinco goles al Celta y se ha hecho... Significaría seguir en la Champions y pisarle una especie de marca histórica al Madrid.

También en casa del rival ha impresionado el resultado del sábado: “París está advertido, el Barça se enciende”, tituló L’Equipe. Dar la vuelta a un 4-0 es algo tremendo, ni el Madrid alcanzó ese récord, aunque una vez sí superó un 5-1 de la ida con un 4-0. Así que lo que se propone el Barça es extraordinariamente difícil, pero tiene algo que nadie tuvo antes que él: a Messi inflamado, y acompañado por otros dos delanteros extraordinarios. Lo cierto es que el partido que se daba por inútil ha adquirido un nuevo interés. De repente, el Barça cree y el PSG teme. Y Barcelona suspira por una remontada con un arrebato de ilusión que le mete en la piel del Madrid.