El banquillo del Madrid y el balneario del Barça

Luis Enrique, obligado por el cansancio acumulado tras la heroica remontada ante el PSG, movió el banquillo en Riazor. Metió a Sergi Roberto, Alba, Denis, André y Arda de refresco y curiosamente los cinco fueron los más flojos del partido. Lejos de inyectar la gasolina necesaria al equipo, contagiaron muchas dudas y en varios casos hasta desidia. El héroe de la Champions pareció agotar su fortuna. A Alba le han robado la confianza con sus últimas suplencias por el cambio de sistema. No explotó su llegada y se vio superado por Bergantiños en el gol de la victoria gallega. Lo de ambos tiene un pase. Siempre han sido determinantes. Denis, aunque tiene predisposición, se ha deshecho como un azucarillo, sin soltar los complejos rodeado de figuras y perjudicado por una polivalencia que le tiene confundido. Pero lo que ya no tiene justificación es la falta de agresividad de André Gomes, con y sin balón, y la dejadez de Arda Turan. Así, uno vivirá más tiempo en la diana y el otro acabará condenando a ser carne de traspaso. Normal que fueran sustituidos mientras Mascherano, Busquets, Luis Suárez y compañía apretaban los dientes para intentar parchear el enredo con demasiados minutos en sus piernas.

La derrota ante el Depor es el perfecto resumen de esta temporada y marca una tendencia que se extenderá hasta el final de la misma. Con su once tipo, el de los días grandes, cuenten con el Barça. Pese al tropiezo. Salvo en París, siempre dio la talla en los estadios importantes: San Mamés (0-1), Sánchez Pizjuán (1-2), Calderón (1-2 en Liga y Copa)... Por mucha depresión que se transmita tras este resultado negativo, sus opciones en Champions seguirán estando intactas, dará guerra en la final del Bernabéu y es favorito ante el Alavés el próximo 27 de mayo. Realmente tendrá problemas cuando Luis Enrique deba tirar de nuevo del banquillo. Ese que Robert Fernández reforzó sin tino y que, antes de esta jornada, ya fracasó ante el Alavés (1-2, sin Messi ni Suárez de inicio), en Vigo (4-3, con Arda y André en medio campo), ante el Málaga en el Camp Nou (0-0, sin Messi ni Suárez otra vez) y frente al Betis (1-1, con Arda al mando). Ahí es donde el Madrid le está sacando la cabeza. Mientras Zidane ha logrado contar con 15 o 16 jugadores de un nivel parejo, el Barça ha copiado para su segunda unidad el modelo Ariedo Braida, el asesor recién renovado en paradero desconocido: buen cartel, buena vida a la sombra de los jefes y buena parte de la culpa de que el barcelonismo tiemble cuando Neymar falta.