La pólvora se gasta en la guerra… también en MotoGP

El excepcional rendimiento de Maverick Viñales durante la pretemporada le coloca en un nuevo nivel en MotoGP. De prometedor piloto en Suzuki a aspirante a todo en Yamaha. Así de simple. Creo que ni él mismo se esperaba que las diferencias entre ambas motos fueran a ser tantas como para propiciar semejante salto cualitativo. A lo bueno uno se acostumbra pronto y él disfruta de un talento descomunal, con lo que el resultado es tan sorprendente como verle liderando cada una de las cuatro tandas de test disputadas para preparar el Mundial que arrancará en menos de dos semanas en Qatar. Sin duda que hay que contar ya con el catalán como aspirante al título de la clase reina, aunque también pienso que no conviene precipitarse en los pronósticos y valoraciones, es mejor darle tiempo al tiempo.

El valor referencial de los entrenamientos debe ser tenido siempre en cuenta, lo que no significa que haya que elevarlo a evidencia científica inamovible. Las carreras son otra cosa, es allí donde algunos prefieren gastar la pólvora, el momento de la verdad en el que salen a relucir la ambición, la motivación, las ganas… Les ocurre especialmente a los pilotos más veteranos, como Rossi, pero en general se antoja indiscutible que es bien diferente pelear por una victoria que hacerlo por un tiempo récord. Viñales ha sido velocísimo a una vuelta y constante en ritmo, poco más se le puede pedir en unos test, un diez para él; sin embargo, ahora tendrá que dar ese pasito adelante en la gestión de la carrera, la lucha cuerpo a cuerpo, la guerra psicológica y el control de la enorme presión que supone verse tan cerca de un sueño. Si lo consigue entonces sí podremos hablar de mucho más que especulaciones.