El balón parado y Casemiro rectifican el lío de Zidane

Eje Cristiano-Benzema. El triunfo del Madrid no se entiende sin la alianza exitosa de ambos jugadores. Entre los dos generaron hasta cuatro ocasiones claras (gol incluido). Versión arrolladora de Benzema (sólo dos errores en el pase) y un Cristiano entregado al colectivo.

El cambio. Exceptuando los inicios de cada tiempo, el Madrid atajó bien el partido hasta que Zidane perdió las manos con una decisión poco entendible de quitar a un Modric poco afinado, todo hay que decirlo, y dar entrada a Lucas Vázquez en el 62’. Alteró el dibujo y el Athletic pasó a llevar la manija con una posesión de más del 60% en la media hora final.

Sin efecto. La intención del técnico galo era poblar los costados y proteger a Carvajal y Marcelo, especialmente al brasileño, con el cobijo de Bale (ver segunda imagen). La idea no tuvo propiedades terapéuticas. El galés, que había pasado de puntillas (16 pérdidas), no terminó de ayudar en la misión de frenar a Williams. Por ahí llegó el gol de Aduriz.

Otro córner. No hay mejor salvavidas que la estrategia para este Madrid. Marca un gol cada 21 saques de esquina. Casemiro, siempre de guardia en otras funciones, fue el héroe. Un premio merecido a su extraordinario partido.

Intenso

Benzema amplió su zona de acción, moviéndose por todo el frente de ataque. También se vació en defensa y ayudó al mediocampo, como se aprecia en la imagen.

Los sistemas

Zidane empezó con el habitual 4-3-3, cambió al 4-4-2 (con Lucas y Bale en bandas) y terminó con un 4-2-3-1. Confundió al Madrid por momentos.