Casemiro se multiplicó en San Mamés

Casemiro ha logrado convertirse en indiscutible e indispensable en este Real Madrid. Su crecimiento como futbolista en estos dos últimos cursos ha sido vertiginoso, hasta llegar a ser uno de los mejores del mundo en su puesto. Su despliegue desde la posición de centrocampista defensivo es total, siendo el encargado de taponar todos los posibles desagües de un equipo que practica un juego netamente ofensivo, acumulando muchos hombres por delante del balón y quedando muy expuesto ante las pérdidas del mismo. Ahí es donde Casemiro actúa con máxima eficacia. Tiene la capacidad para detectar dónde se necesita la ayuda y dónde tiene que hacer la cobertura, realizando una labor impagable para el beneficio del colectivo.

Además de su buena lectura del juego, es muy agresivo y contundente en los duelos. Tanto en el juego aéreo como en el subterráneo es muy poderoso, saliendo victorioso en un gran porcentaje de las acciones. También sabe "rascar" y ser duro si el partido lo necesita, siendo especialista en parar los contraataques del rival. A todo esto hay que sumarle algo que a veces se le niega, que es su capacidad con el balón en los pies. Ayer, sin ir más lejos, colaboró y de que forma en los dos goles. El primer tanto parte de un envío muy preciso a la espalda de la defensa bilbaína del propio jugador brasileño, jugada culminada de manera brillante por Cristiano y Karim; y el segundo gol leva su firma en otra de sus capacidades, el balón parado. No hay duda de que es un jugador vital para Zidane.