Un viernes de cal y otro de arena

El Elche se empeña en mantener subido en un tiovivo de sensaciones a su afición. Una semana es capaz de ganar a un Alcorcón tibio, asolado por las bajas. Y a la siguiente voltea, en campo contrario, a un Nastic que llegaba lanzado, con cuatro victorias y cinco empates en las últimas diez jornadas. La primera media hora en Tarragona fue espectacular, con tres goles arrolladores que recordaron a los buenos momentos ante Huesca o Zaragoza, próximo rival en el Martínez Valero. Siempre fuera de casa, donde la responsabilidad pasa a ser local y el Elche se libera.

Mantenemos aquello de que cuando las cosas se hacen bien es porque se saben hacer bien. No es casualidad. El objetivo es tratar de extender los buenos momentos durante el mayor tiempo posible. Menos explicación tiene la desconexión que sufre, en muchas ocasiones, el equipo. En casa se han quedado puntos que ahora servirían para estar en playoff, ahora a cinco puntos. Atrás quedan los tres últimos empates ante UCAM, Huesca y Alcorcón. El refranero popular nos deja citas aplicables a la vida, y al fútbol, como esa que apunta a dar una de cal y otra de arena. Hay debate de cuál es la buena y cuál es la mala. Podríamos abrir una tertulia similar a cualquier otra futbolística. La realidad de la expresión no es la dicotomía entre dos cosas opuestas, sino diferentes. Lo mismo que le pasa al Elche. Un viernes da una de cal y al siguiente, otra de arena. Quizá haga falta de ambas para llegar al objetivo. Quién sabe.